No hace mucho tiempo, comprar alimentos frescos significaba un viaje a una tienda física. Los consumidores de hoy esperan flexibilidad y la oportunidad de realizar compras de forma digital y sobre la marcha. Múltiples rutas de compra, un aumento en los requisitos reglamentarios y una creciente necesidad de información sobre los alimentos que comemos están creando cadenas de suministro complejas que requieren datos precisos.
Independientemente de cómo o donde sea que compren, los consumidores se beneficiarán en última instancia de una mayor transparencia y trazabilidad de los alimentos, habilitada por los estándares GS1.